viernes, 16 de noviembre de 2012

LOS MAYORES ROMANCES DE LA HISTORIA



1. Romeo y Julieta

Tragedia de William Shakespeare sobre las desventuras de una pareja de enamorados que sufre la terrible enemistad de sus familias: Montescos y Capuletos, en la ciudad de Verona, ltalia. La muerte de ambos cierra la historia de amor más conocida de la Tierra. En una de las líneas más sentidas, Julieta dice: "Romeo, Romeo, ¿por qué eres Romeo" haciendo referencia al nombre que obligaba a la separación de ambos.

Verona, mes de julio. En un baile de máscaras se conocen Romeo Montesco y Julieta Capuleto, quienes se sienten inmediatamente atraídos. Romeo le declara su amor cuando la visita en el balcón de la casa familiar. Pero siendo conscientes del odio que separa a las dos familias nobles, eligen casarse en secreto ante el sacerdote Lorenzo. Luego, en una lucha personal, uno de los Capuletos mata a un amigo de Romeo y éste a su vez, da muerte al matador. Romeo es obligado por su familia a ocultarse en Mantua. El padre de Julieta, que desconoce la boda secreta, quiere obligar a su hija a casarse con el conde Paris. Julieta visita al sacerdote pidiéndole consejo, pues ni quiere ni puede romper su voto matrimonial.

El religioso le da entonces una poción que produce en las personas la apariencia de la muerte secándolas profundamente. De tal forma, piensa el sacerdote, Romeo vendrá en su rescate. Ella toma el engendro. Romeo regresa a Verona al tener noticias de la muerte de Julieta y, lleno de odio, mata a Paris. Luego encuentra a Julieta supuestamente "muerta". Incapaz de soportar tanto dolor, Romeo le da un último beso, se toma un veneno y cae muerto a sus pies. Cuando Julieta se recupera del letargo y comprueba la muerte de Romeo, ella también se suicida, clavándose una daga en el pecho.

Tras la terrible tragedia de muertes y odios rodeando el amor imposible y eterno, las familias superan las distancias y se reconcilian. Romeo y Julieta ha sido llevado al cine, al teatro, a la danza, se han compuesto sinfonías, conciertos, poemas sinfónicos, ballets y se han producido centenas de pinturas y esculturas.

2. Shah Jehan y Muntaz Mahal


El emperador Shah Jehan y Muntaz Mahal: quizá sus nombres no te digan mucho, pero si seguimos recordando a esta pareja 400 años después de su muerte, es porque su amor inspiró una de las siete maravillas del mundo y el monumento más famoso de la India, el Taj Mahal. El heredero del Imperio Mogol se enamoró perdidamente de una princesa persa-musulmana, que se convertiría en su segunda esposa y favorita de la corte. Pero tras dar a luz a su catorceavo hijo Muntaz Mahal murió, no sin antes pedirle cuatro deseos a su marido: que se casara de nuevo, que fuera bueno con sus hijos, que le construyera una gran tumba y que fuera a visitar su tumba al menos una vez al año en el aniversario de su muerte.
Al deseo de Mahal le dedicó el emperador toda su vida, convirtiéndose en su gran obra y paradójicamente en su destrucción, su obsesión se transformó en locura y el esfuerzo económico le supuso su ruina y la pérdida de su reino, uno de sus hijos le derrocó y Shah Jehan fue encerrado en el fuerte de Agra, donde pasó el resto de su vida contemplando entre rejas el monumental mausoleo construido por amor.


 3.Diego Marcilla e Isabel de Segura (Los amantes de Teruel)


A principios del siglo XIII, viven en Teruel dos familias, probablemente hidalgas y, por lo que se sabe, en buena armonía. Mientras que los Segura disfrutaban de una posición económica acomodada, los Marcilla no parece que tuviesen tal suerte. Isabel de Segura, heredera de los primeros, y Diego Marcilla, segundón de la otra, eran dos jóvenes de parecida edad, se conocían desde niños, jugaron juntos y al llegar a la adolescencia cambiaron su amistad por un profundo amor. En su momento, de común acuerdo con su amada, el joven solicitó la mano de Isabel. D. Pedro de Segura, padre de la novia, se opuso tajantemente, alegando la falta de recursos de los Marcilla. Ante esta negativa, Diego Marcilla solicita de D. Pedro, un plazo de cinco años para intentar mejorar su suerte.

Estamos en el Aragón de la Reconquista, el poder almohade acaba de ser destrozado en forma definitiva en las Navas de Tolosa; ahora, el territorio controlado por los musulmanes aparece como presa fácil para el empuje cristiano, está al alcance de la mano de guerreros afortunados conseguir riqueza y honor. El tesón de los novios vence la inicial reticencia paterna y se consigue el acuerdo; de inmediato el joven se va a la guerra. Pasan los cinco años y Diego no regresa, ¿habrá muerto en el empeño? ¿será que olvidó su promesa?. La falta de noticias autoriza al padre de Isabel para, sin faltar a su palabra, concertar la boda de su hija con D. Pedro Fernández de Azagra, cuya familia es probablemente la más acaudalada y poderosa de la frontera. El día de la boda, un jinete cruza la muralla, extrañado por el alegre ambiente que reina en las calles, pregunta la causa y al oír la respuesta su rostro palidece, corre hacia la iglesia y llega a los pies del altar mayor justo a tiempo para escuchar la bendición del sacerdote a los recién casados. Se trata, como era de imaginar, de D. Diego, ahora rico y ennoblecido por su valor y decisión en el campo de batalla. Ante lo inevitable de su suerte, pide a Isabel un único beso de despedida; pero la reciente esposa, como ya pertenece a otro hombre, se lo niega y el infeliz enamorado cae muerto, fulminado a sus pies.

Al día siguiente, tienen lugar los funerales por Diego. En mitad de la ceremonia aparece una dama vestida de luto, que acercándose donde se expone al fallecido, le besa y a continuación cae muerta a su lado. Es Isabel, quien no ha podido sobrevivir a aquella única prueba de amor.

Las tres familias afectadas deciden enterrarlos juntos, en la nave de la misma iglesia donde ha culminado la tragedia.

¿Leyenda o realidad? Es difícil responder. Los numerosos estudios parecen alimentar la segunda hipótesis. Existe un acta notarial fechada en 1619 que atestiguan una exhumación realizada en 1555 durante unas obras en la iglesia de San Pedro. Enterrados bajo el pavimento aparecen los cadáveres de un varón y una mujer, que son los restos que ahora reposan bajo el mausoleo de Juan de Ávalos. Los resultados de los análisis realizados en el año 2004 corroboran el origen medieval, aunque con ciertas discrepancias según las diferentes muestras. Mientras que algunas apuntan a 1260 como antigüedad máxima, con un margen de error de unos cuarenta años, en buena armonía con la fecha de 1217, donde varias crónicas sitúan los hechos; otras las datan entre los siglos XIV y XV. Una plausible explicación sería la posible contaminación con otras fuentes ocurridas durante algún traslado o levantamiento no registrado. Parece cierto que al descubrirse los cadáveres, de inmediato fueron atribuidos a Los Amantes de Teruel.

4.John Lennon y Yoko Ono


Yoko Ono y John Lennon conforman la pareja más representativa y controversial de los años 60. Enmarcados en el hippismo y en la beatlemanía, Yoko (artista plástica japonesa) y John se conocen en una galería de arte en Londres en 1966. A partir de ese momento, Yoko, de 33 años de edad, decide perseguir a Lennon, quien tenía 27 años y cuya fama como parte integral de los Beatles ya había transcendido las fronteras. En 1969 John y Yoko contraen matrimonio. Los primeros momentos de la pareja estuvieron marcados por una locura que llegó a su máxima expresión en la luna de miel, cuando la pareja se pasó 7 días acostada en la cama de la Suite Presidencial del Hotel Hilton en Ámsterdam recibiendo a periodistas y exponiendo su mensaje de paz mundial.

La intensa y pública relación de este par de excéntricos tuvo sus altos y sus bajos. Entre drogas, protestas, amor y peleas transcurrió el tiempo hasta que en 1973 John deja a Ono y se marcha por seis meses, lapso en el que intenta luego recobrar el amor de su esposa, con quien recomenzó la relación tildada por muchos como "teatral". En 1975, Yoko dio a luz a su único hijo con ella, después de un aborto, llamado Sean Taro Ono Lennon. Yoko se encargó de los negocios y John se convirtió en un "amo de casa", dispuesto a cuidar en todo momento a Sean, incluso abandonó su carrera musical. Sin embargo, una noche, al terminar de grabar con Yoko unas pistas, sobrevino la tragedia: Lennon murió asesinado el 8 de diciembre de 1980 en Nueva York, a manos de un fanático desequilibrado, Mark David Chapman.

Siempre se reconoció a Yoko Ono como una mujer talentosa, conociéndosele inclusive trabajos de artista de vanguardia y un libro que recibió muy buenas críticas; sin embargo, la enfermiza relación que los mantuvo juntos hasta la muerte de John desesperaba a propios y extraños, quienes veían en Yoko, a la mujer que cambió por completo a Lennon y lo condujo por caminos muy distintos a los que estaban acostumbrados a verlo.

5.Diego Rivera y Frida Kahlo


Frida conoció tres años después de su accidente (chocó el autobús en el que viajaba con un tranvía) a Diego Rivera, a quien le llevó algunos de sus primeros cuadros para que los viera. Éste quedó impresionado por su talento (la animó a continuar pintando) pero también por su belleza. Él era 22 años mayor que ella, y se sintió atraída por él cuando le vio. Al poco tiempo se casaron y esa relación estuvo marcada por el amor desenfadado y la infidelidad, pero además, por el compromiso político al cual estaban los dos abocados. Así fue que al poco tiempo, en 1929, se casaron. En 1932 Frida tuvo un aborto que la afectó en lo más hondo, además de inspirarle dos de sus obras más valoradas: “Henry Ford Hospital” y “Frida y el aborto". Estuvieron juntos hasta 1940, cuando decidieron divorciarse, pero un año después volvieron a contraer matrimonio. Fue una relación netamente tormentosa. Amor y odio se conjugaban en un romance que tuvo varias idas y vuelta, para siempre volver a estar juntos. Vivieron una vida sobrepasando los límites de lo convencional. De hecho la madre de Frida se opuso rotundamente a esta pareja, ya que no le gustaba que Diego fuera comunista y ateo, y encima mujeriego. La relación entre ambos fue problemática y llena de pasión, es que ambos tenían personalidades avasallantes. Pero los dos por igual dedicaron su existencia al arte, a la vez que entre ambos hubo una mutua admiración. Y aunque juntos, él no dejó de estar con otras mujeres, mientras ella luego comenzó a hacer lo mismo, tanto con hombres como con personas de su mismo sexo. Eso sí, tanto Frida como Diego estaban al tanto de todo.

En 1953 tuvieron que amputar la pierna a Frida por debajo de la rodilla, debido a una infección de gangrena. Esto la sumió en una gran depresión que la llevó a intentar el suicidio en un par de ocasiones. Durante ese tiempo, debido a que no podía hacer mucho, escribía poemas en sus diarios, la mayoría relacionados con el dolor y remordimiento. Murió en Coyoacán el 13 de julio de 1954. No se realizó ninguna autopsia, y su cuerpo fue icinerado, albergando sus cenizas en la Casa Azul de Coyoacán.

Después de la muerte de Frida, Diego se casó con Emma Hurtado. Murió el 24 de noviembre de 1957, a los 70 años, a causa de un cáncer.

6.Salvador Dalí y Gala


La relación entre Salvador Dalí y Gala podría incluirse entre las grandes pasiones de la humanidad, aunque no responda exactamente a los tópicos de una historia de amor. La fuerte personalidad de Gala no sólo enamoró al joven pintor español, sino que inspiró gran parte de su obra. Los primeros días de su delirante romance, que se prolongaría hasta la muerte de los protagonistas, dan muestra de lo excéntrica y apasionada llegó a ser su relación. La relación de Gala y Dalí fue complicada y basada más en el arte que en el amor, pues siempre se ha dicho que el autentico gran amor de Dalí fue García Lorca. Sin embargo, la indefinición sexual del genial artista y su miedo al sexo hicieron que nunca llegara a aceptar al poeta.

Gala (o Helena Ivanovna Diakonova, su nombre real) por entonces casada con el poeta surrealista francés Paul Éluard y poseedora de una generosa lista de amantes, llegó a Cadaqués en verano de 1929 para pasar unas vacaciones acompañada por algunos amigos. Al parecer, Dalí se sintió inmediatamente atraído por la belleza y desinhibición de la misteriosa rusa, e hizo todo tipo de extravagancias para llamar su atención: usó perfume de estiércol de cabra, se manchó las axilas de sangre, se puso collares de perlas y un geranio rojo en la oreja, fingía histéricos ataques de risa... Excentricidades en parte inútiles, puesto que Gala ya sentía una cierta curiosidad por el pintor antes de llegar a Cadaqués: “Éluard no hacía más que hablarme de ese guapo Dalí. Era casi como si me estuviera empujando hacia sus brazos antes de que lo viera”, comentaría años después. En cualquier caso, animada o no por su marido, pronto empezó a flirtear con el pintor. Según los amigos de Dalí, la presencia de Gala cambió al pintor de un día para otro. Le dedicaba la mayor parte de su tiempo, hablaba continuamente de ella y empleaba buena parte de su ingenio en llamar su atención. Luis Buñuel, quien por aquellas fechas también se encontraba en Cadaqués para colaborar con Dalí en el guión de La edad de oro, lo encontró “transfigurado y trastornado”, hasta tal punto que renunció a trabajar con él. Esta fascinación repentina del pintor por la que llegaría a ser su musa se ve reflejada en parte en el hecho de que Dalí considerase un “signo premonitorio” la coincidencia del nombre de Gala con el de su abuelo Gal, el cual se había suicidado años atrás.

El encaprichamiento de Dalí con Gala sembró la discordia entre los amigos y familiares de éste. Buñuel se quejó de los celos que sentía Gala por la relación entre los dos amigos, tanto que intentó destruirla. En cuanto a la conservadora familia de Dalí, el hecho de que el joven e inhibido pintor saliera con una rusa afincada en París, casada y sexualmente desvergonzada, constituía todo un escándalo. La primera decisión al respecto del padre de Dalí, el 26 septiembre del 29, fue cambiar su testamento: Salvador recibiría el mínimo prescrito por la ley, y el resto sería para su hermana Anna Maria. No tardaría mucho en echarlo definitivamente de casa, renegando de él y rechazando cualquier tipo de relación entre ambos. En en señal de protesta, Dalí se rapó la cabeza. Se casaron en 1932.

A finales de septiembre Gala volvió a París para reunirse con su marido, llevándose con ella varios cuadros de su amigo Salvador. En la ausencia de su amada, Dalí se entregó febrilmente al trabajo, y finalmente decidió viajar a París, donde se estrenaba su película Un perro andaluz y donde esperaba reencontrarse con Gala. De allí salieron ambos de vuelta a España, en lo que se denominó como “un viaje de amor”. A pesar de que Gala volvería temporalmente al lado de su marido, este viaje fue definitivo para fortalecer su relación. Poco tiempo después Gala lo abandonaría todo para trasladarse junto a Dalí, del que no se separaría hasta su muerte, en 1982.

7.Hamlet y Ofelia


Hamlet es una de las obras de madurez de William Shakespeare, fechada hacia 1600-1601, y está basada en una de las leyendas danesas recogidas por Saxo Gramaticus en sus Crónicas Dánicas fechadas en el siglo XII.

El príncipe Hamlet sufre la pérdida de su padre, el rey Hamlet de Dinamarca. Apenas pasado poco más de un mes del fallecimiento del rey, Claudio, hermano del difunto, hereda el trono y se casa con la madre de Hamlet, la reina Gertrudis. Estos hechos hacen que la agonía y el dolor de Hamlet aumenten, ya que ve a su madre como una mujer de afectos inconstantes, infiel y sin corazón. Más adelante, el supuesto fantasma del rey Hamlet se le aparece al príncipe y le revela la causa de su muerte: había sido asesinado por su propio hermano, Claudio, y le pide a Hamlet que se vengue acabando con la vida del fratricida. Tras este encuentro, Hamlet duda si el fantasma es o no su padre y si lo que le ha dicho es cierto.

Ofelia, quien había tenido una relación afectiva y amorosa con Hamlet en tiempos anteriores al inicio de la acción dramática, es obligada por su padre y por su hermano a que termine con dicha relación por unos chismes. Vigilada por su padre y por Claudio, Ofelia rompe la relación, devolviéndole a Hamlet algunos recuerdos que él le había dado. Hamlet reacciona con furia, enloquecido, diciéndole que se vaya a un convento. Más adelante, Hamlet, aprovechando unos actores que el rey Claudio había ordenado contratar para que distrajeran a Hamlet de su melancolía, ordena para que monten una obra de teatro mostrando la manera en que el fantasma le había descrito el asesinato. La reacción del rey ante la obra termina de convencer a Hamlet de que las revelaciones del fantasma eran ciertas.

En una discusión con su madre, Hamlet mata accidentalmente a Polonio, quien estaba oculto detrás de un tapiz. En un arrebato de ira, el príncipe había pensado que quien estaba oculto era el rey Claudio. Entonces, aparece el espectro y habla con Hamlet, pero la reina no lo puede ver ni escuchar. El rey, atemorizado tras verse comprometido por el argumento de la obra montada, y temiendo por su propia vida luego de conocer el asesinato de Polonio, decide enviar a Hamlet a Inglaterra, pero no sin antes pedirles en secreto a los ingleses que no duden en asesinar a Hamlet en cuanto llegase. Hamlet parte así, pues, a Inglaterra.

Laertes, al enterarse del asesinato de su padre, jura venganza. Ofelia, con su salud mental seriamente afectada por el asesinato de su padre, muere ahogada en un río. Más tarde, el rey Claudio y Laertes, al saber del fracaso que había tenido el plan de matar a Hamlet y al enterarse también de su regreso, organizan otro plan para matarlo. Laertes pelearía contra Hamlet con una espada envenenada. Durante un combate, Hamlet y Laertes se hieren mutuamente de gravedad con la espada envenada de Laertes. La reina bebe del vino envenenado que estaba destinado a Hamlet y muere. En medio de la confusión, Laertes y Hamlet son separados; Laertes se lamenta, confiesa a Hamlet que la trampa del vino fue ideada por el rey, y declara al rey como el delincuente de esta tragedia. Hamlet, encolerizado, por fin logra herir al rey y le hace beber de su propio veneno, cumpliendo finalmente la venganza que el fantasma de su padre anhelaba. Hamlet, antes de morir, pide que se declare al príncipe noruego Fortimbrás heredero del trono.

 8.Calisto y Melibea


La Celestina es el nombre con el que se conoce desde el siglo XVI a la obra titulada primero Comedia de Calisto y Melibea y después Tragicomedia de Calisto y Melibea, atribuida casi en su totalidad al bachiller Fernando de Rojas. Es una obra de transición entre la Edad Media y el Renacimiento escrita durante el reinado de los Reyes Católicos y cuya primera edición conocida data de 1499. Constituye una de las bases sobre las que se cimentó el nacimiento de la novela y el teatro modernos.

Existen dos versiones de la obra: la Comedia (1499, 16 actos) y la Tragicomedia (1502, 21 actos). La crítica tradicional ha debatido profusamente el género de La Celestina, dudando si clasificarla como obra dramática o como novela. La crítica actual coincide en señalar su carácter de obra híbrida y su concepción como diálogo puro, quizá para ser recitado por un solo lector impostando las voces de los distintos personajes ante un auditorio poco numeroso. Sus logros estéticos y artísticos, la caracterización psicológica de los personajes —especialmente la tercera, Celestina, cuyo antecedente original se encuentra en Ovidio—, la novedad artística con respecto a la comedia humanística, en la que parece inspirarse, y la falta de antecedentes y de continuadores a su altura en la literatura occidental, han hecho de La Celestina una de las obras cumbre de la literatura española y universal.
La obra comienza cuando Calisto ve casualmente a Melibea en el huerto de su casa, donde ha entrado a buscar un halcón suyo, pidiéndole su amor. Esta lo rechaza, pero ya es tarde, ha caído violentamente enamorado de Melibea.

Por consejo de su criado Sempronio, Calisto recurre a una vieja prostituta y ahora alcahueta profesional llamada Celestina quien, haciéndose pasar por vendedora de artículos diversos, puede entrar en las casas y de esa manera puede actuar de casamentera o concertar citas de amantes; Celestina también regenta un prostíbulo con dos pupilas, Areúsa y Elicia.

El otro criado de Calisto, Pármeno, cuya madre fue maestra de Celestina, intenta disuadirlo, pero termina despreciado por su señor, al que sólo le importa satisfacer sus deseos, y se une a Sempronio y Celestina para explotar la pasión de Calisto y repartirse los regalos y recompensas que produzca.

Mediante sus habilidades dialécticas y la promesa de conseguir el favor de alguna de sus pupilas, Celestina se atrae la voluntad de Pármeno; y mediante la magia de un conjuro a Plutón, unido a sus habilidades dialécticas, logra asimismo que Melibea se enamore de Calisto. Como premio Celestina recibe una cadena de oro, que será objeto de discordia, pues la codicia la lleva a negarse a compartirla con los criados de Calisto; éstos terminan asesinándola, por lo cual se van presos y son ajusticiados.

Las prostitutas Elicia y Areúsa, que han perdido a Celestina y a sus amantes, traman que el fanfarrón Centurio asesine a Calisto, pero este en realidad solo armará un alboroto. Mientras, Calisto y Melibea gozan de su amor, pero al oír la agitación en la calle y creyendo que sus criados están en peligro, Calisto salta el muro de la casa de su amada, cae y se mata. Desesperada Melibea, se suicida y la obra termina con el llanto de Pleberio, padre de Melibea, quien lamenta la muerte de su hija.

9.Eva Braun y Adolf Hitler


Tratándose de alguien tan complicado como Adolf Hitler (1889-1945) es muy difícil saber si realmente amo a Eva Braun (1912-1945). Lo Cierto es que la consigna difundida por Goebbels era «El Führer no tiene vida privada. Se dedica día y noche al pueblo alemán», y, por tanto, la existencia de Eva fue siempre ocultada. Por otra parte, los desaires de Adolf hacia Eva fueron constantes. La pareja se conoció en 1929 en el estudio del fotógrafo Hoffmann, donde ella trabajaba. Durante mucho tiempo su relación fue inocente. El le traía flores y bombones y charlaban en la tienda. Luego empezó a invitarla al cine o a llevarla de picnic. Eva y Adolf se convirtieron en amantes a principios de 1932. Ella siempre confió en que se casarían, pero las intenciones del dictador no eran esas.

El 1 de noviembre de 1932, harta de que el la esquivara, se pegó un tiro en el cuello. La bala paso cerca de la yugular, pero no causo gran daño. Para llamar su atención, el 28 de mayo de 1935 intento otro suicidio, esta vez con somníferos. En las veintidós páginas que se salvaron de sus diarios se refiere a ella misma como «Yo, la amante del hombre más grande de Alemania y del Mundo », aunque se quejaban de que Hitler solo la necesitaba «para determinados fines». Finalmente Eva abandono su trabajo y Hitler le puso una casa propia. Eva Braun tenía libertad, salía con sus amigos o iba de viaje con su madre. Sin embargo, en público Hitler jamás reconocía su relación. Eva le llamaba «Mi Führer», aunque combinándolo con el tuteo, y Hitler, en privado, la llamaba Evchen o «Tontita». En 1938 Hitler dio un nuevo paso hacia ella y la nombro beneficiaria de su testamento. Sin embargo, la convivencia no fue un camino de rosas: Eva fumaba a escondidas y no podía salir de su habitación cuando venían invitados importantes. En 1939, Eva Braun dispuso de una vivienda propia en la cancilleria. Seguía sin poder asistir a las recepciones oficiales.

En la noche del 26 de abril de 1945 los rusos inician el bombardeo de la ciudad. Por esos mismos días, Mussolini y Clara Petacci, su amante, son apresados por los partisanos cuando intentaban fugarse a Suiza. Los ejecutan de inmediato y los cuelgan de los pies en la plaza Loreto de Milán. El Führer no quiere tener el final humillante que ha sufrido el duce. Sabe que no podrá salir del bunker, y decide que nada quede de su cuerpo. El 29 de abril se casa con Eva Braun por “los muchos años de fiel amistad”. Al día siguiente se suicidan.

El telefonista del búnker, Rochus Misch, de 88 años recuerda todavía ese momento preciso de hace sesenta años. Era el 30 de abril de 1945 y él estaba allí cuando se abrió la puerta del búnker.

«Hitler, sentado en un sofá, estaba desplomado sobre su mesa y Eva Braun estaba estirada a su lado. Los vi con mis propios ojos. Era algo que nos esperábamos. No fue algo que ocurrió por azar, porque nos estábamos preparando para el final».

Hitler y Eva Braun entraron en su apartamento y cerraron la puerta.

«No sé cuánto tiempo necesitaron. Puede que una o dos horas - dice Rochus -. Yo no oí el disparo, porque estaba reparando una avería telefónica. Pero oí a alguien que gritaba: 'Linge, Linge, creo que ya lo han hecho'. Desde entonces esperaron unos 20 minutos más y, a continuación, abrieron la puerta y yo miré».

El hombre que había sumido a Europa en el peor conflicto de su historia y que había enviado a millones de judíos al exterminio, estaba desplomado encima de una mesa, con una herida de bala en la cabeza. Eva Braun yacía a su lado, en el suelo, sin vida. Según los historiadores, Hitler le habría dado veneno a su mujer antes de dispararse. Los cuerpos de ambos fueron rociados con gasolina y quemados en el patio del búnker, mientras su servicio le rendía honores haciendo el saludo hitleriano.

10.Tristán e Isolda


El origen de esta leyenda se remonta a un relato celta que describía el romance entre una princesa inglesa y un guerrero irlandés. Este marco le pareció el ideal a Richard Wagner para componer su famosa ópera (fruto del amor imposible del joven Wagner con Matilde Wesendok).

Tristán, hijo de Meliadus y Blancaflor, creció desconociendo quiénes eran sus padres, ya que murieron los dos, y fue educado por el fiel servidor de su madre. Él lo educó tanto en el manejo de las armas como en el arte, y el joven pronto aprendió a tocar muy bien el arpa. Cuando Tristán tuvo suficiente edad, salió en busca de aventuras, hasta que el destino lo llevó a las puertas del castillo del Rey Mark, en Cornualles. Allí se enteró de la verdadera historia de su linaje y fue recibido muy atentamente. Decidió vengar la muerte de su padre retando a combate a Morgan a quien terminó venciendo. Pero pronto un emisario del rey de Irlanda, Morold, llegó a la Corte del Rey Mark para cobrar sus exagerados impuestos. Tristán no pudo permitir esta injusticia, por lo que le retó a un combate. Tristán terminó por acabarlo, pero recibió una herida del arma envenenada de su contrincante que sólo podía curar la hermana de Morold, Isolda.

Tristán partió así hacia Irlanda para ser curado por la princesa Isolda, pero no dio a conocer su nombre, sino que se hizo pasar por un simple juglar que tocaba muy bien el arpa. Isolda y su madre le curaron su herida y Tristán pasó muchos días en la Corte con ellas. Isolda llegó a descubrir, durante estos días, la verdadera identidad de Tristán, el caballero que había dado muerte a su hermano. En un principio ella trató de matarlo mientras él dormía pero enseguida se arrepintió y lo perdonó. Pero Mark, el Rey de Cornualles le había ordenado a Tristán que pidiera la mano de la princesa Isolda en su nombre y se convierta en la reina de Cornualles. De modo que, para sorpresa de todos, Tristán pidió la mano de Isolda para Mark.

La madre de Isolda, al ver infeliz a su hija, hizo una pócima de amor para que Isolda y Mark la tomaran antes de casarse y de este modo se enamorarían. Pero durante el viaje en barco hacia la corte de Mark, Isolda y Tristán bebieron la pócima por equivocación y ellos fueron los que quedaron perdidamente enamorados. Sin embarago, decidieron separarse apenas llegaron a Cornualles. Tristán realizó muchas proezas y hazañas en nombre de Isolda hasta que fue mortalmente herido. Pero no quiso recibir la ayuda de Isolda, para no despertar las sospechas del rey Mark. Tristán fue informado de la existencia de otra curandera que vivía en Bretaña, también llamada Isolda. Hacia allí fue y le curó. Entonces ésta se enamoró de él. Tristán pensó que casándose con ella lograría olvidar a su amada Isolda, pero se equivocó. Así vivió infeliz durante algún tiempo, hasta durante un combate es herido por un golpe de lanza envenenada. Acuden muchos medicos, pero ninguno sabe curar el veneno y Tristán siente que su vida se pierde. Entonces, levantándose, dice a su fiel compañero que quisiera volver a ver por ultima vez a su Isolda, la de los cabellos rubios. Su compañero decide ayudarle. Convienen en que si consigue traerla, izará la vela blanca, pero si fracasa, izará la vela negra. Para desgracia de los amantes, la otra Isolda se entera de toda la conversación. Isolda la rubia es puesta al corriente de la situacion de salud de su amante,y no duda en darle consuelo con su presencia. Tristán cada día pide que se vigile el mar, y cuando Isolda la de Bretaña anuncia la llegada de la nave, miente y dice que la vela es negra. Entonces Tristán se deja morir. Cuando su amor, Isolda, llega y se entera de la desgracia, sube a sus aposentos, exhaló su último suspiro y murió sobre el cuerpo de su amado.

Los dos cuerpos fueron transportados a Cornualles, donde se enterraron por tumbas separadas, por orden del Rey Mark. Pero cuenta la leyenda que de la tumba del juglar nació una enredadera que, cruzando las paredes, descendía hasta la tumba de Isolda. La planta fue cortada dos veces por orden del Rey, pero insistía en crecer. Cuentan que una rosa y una vid crecen de las respectivas tumbas y se entrelazan.

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